En vísperas del Día Mundial del Medio Ambiente ya se puede afirmar que las renovables están firmemente establecidas como las fuentes de energía más importantes y competitivas en diversos países del mundo. Lo dice el último informe REN21, el Reporte de la situación mundial de las energías renovables 2016, que presenta el resumen anual más íntegro sobre la situación actual de las energías renovables.
El 2015 fue un año récord para las instalaciones de energía renovable. La capacidad de generación de este tipo de energía experimentó el máximo crecimiento de todos los tiempos, el cual se estima en 147 gigavatios (GW) añadidos. Del mismo modo, la capacidad de calor renovable continua a la alza, mientras que el uso de las energías renovables se extiende al sector del transporte, aunque en este campo aún les queda mucho recorrido. La energía renovable distribuida avanza rápidamente en los países menos desarrollados, permitiendo así el acceso a la electricidad a comunidades que, hasta ahora, desconocían sus grandes beneficios para el desarrollo.
Y esto ha sido así porque han logrado, en pocos años, realizar la curva de aprendizaje a ritmos impredecibles y conseguir ser económicamente más competitivas ante los combustibles fósiles en diversos mercados.
En lo que respecta a 2016, los datos son elocuentes. 173 países ya se han fijado objetivos ambiciosos para lograr un alto porcentaje de producción renovable en sus mix energéticos, mientras que 146 países cuentan con políticas de apoyo para su implantación. La revolución está en marcha y muchas ciudades han enarbolado como propio el movimiento “100% renovable” así como la aprobación de medidas de eficiencia energética, que se han puesto de moda en los países más desarrollados, especialmente en EEUU y en la Unión Europea.